Los Mediocres
Vengo a este escrito esta vez a despacharme a gusto. Mis víctimas serán los mediocres. Un atractivo blanco para descargar algunos golpes que, por supuesto, bien merecidos los tienen.
Los que no son blanco ni negro, los que son grises. Esos son los mediocres.
Los que no se juegan por nada y tienen la habilidad de quedar bien con Dios y con el diablo. Con llamativa destreza de resguardar cierta impecabilidad de quienes no podrían ser cuestionados.
Se equivocan, hoy se desenmascara la farsa. Y celebro que así sea.
Paguen el precio de la mediocridad que honran.
No se puede andar por la vida haciendo culto a la irrelevancia del respirar sin mayores pretensiones, sin un propósito significativo. A la palabra tenue que nunca dice nada. Y la sonrisa complaciente que convalida una situación que en la intimidad desagrada.
Decir una cosa y pensar lo contrario. Eso es hacer culto a la mediocridad que lo único que expresa es la insignificancia del ser. La revela con crueldad para sumir su evidencia.
Qué van a esperar, que la vida se les pase. Alcen de una vez por todas la voz. Golpeen la mesa si tienen ganas. Háganse por fin cargo de algo más interesante que de la mediocridad.
Dejen de chusmear en el silencio y abran la boca en el momento indicado.
Es llamativo la cantidad de gente que decide ser mediocre por decisión y vocación.
Me gustó ese puñetazo.
Asumen la tibieza e incorporan casi naturalmente la maestría de honrarla.
Son chusmas los mediocres, no por decisión propia, sino por la espontaneidad que manifiesta la irrelevancia de sus vidas.
Tontos, vagos, insignificantes, tibios, chusmas, grises.
Ahora sí…
Ahí tienen.
Los que no son blanco ni negro, los que son grises. Esos son los mediocres.
Los que no se juegan por nada y tienen la habilidad de quedar bien con Dios y con el diablo. Con llamativa destreza de resguardar cierta impecabilidad de quienes no podrían ser cuestionados.
Se equivocan, hoy se desenmascara la farsa. Y celebro que así sea.
Paguen el precio de la mediocridad que honran.
No se puede andar por la vida haciendo culto a la irrelevancia del respirar sin mayores pretensiones, sin un propósito significativo. A la palabra tenue que nunca dice nada. Y la sonrisa complaciente que convalida una situación que en la intimidad desagrada.
Decir una cosa y pensar lo contrario. Eso es hacer culto a la mediocridad que lo único que expresa es la insignificancia del ser. La revela con crueldad para sumir su evidencia.
Qué van a esperar, que la vida se les pase. Alcen de una vez por todas la voz. Golpeen la mesa si tienen ganas. Háganse por fin cargo de algo más interesante que de la mediocridad.
Dejen de chusmear en el silencio y abran la boca en el momento indicado.
Es llamativo la cantidad de gente que decide ser mediocre por decisión y vocación.
Me gustó ese puñetazo.
Asumen la tibieza e incorporan casi naturalmente la maestría de honrarla.
Son chusmas los mediocres, no por decisión propia, sino por la espontaneidad que manifiesta la irrelevancia de sus vidas.
Tontos, vagos, insignificantes, tibios, chusmas, grises.
Ahora sí…
Ahí tienen.
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Bravo! Te felicito. Leí con detalle cada párrafo que describe a la mediocridad y me sorprendí por la precisión con la cual la describiste.
ResponderBorrarTengo una especial antipatía por los mediocres, por los tibios, por los que no se animan a desafiar los destinos previsibles, por los cobardes. Por los que que dicen una cosa y desean otra. Por la doble moral. Por los desapasionados que respiran porque el aire es gratis. Por los conformistas, etc.
De paso me despaché un poco.
Excelente texto,
Saludos
Muchas gracias por los golpes, soy una perfecta mediocre y me identifico en cada palmo de tus letras. Gracias ,por fin alguien nos dedica un escrito. Me canse de los estupidos blanco o negro de la juventud y ahora fluyo entre los matices de una manera plácida, comiendome menos golpes y entrenada en el arte de esquivar cualquier intento que me coloque o aqui o alla ¿ porque? ni blanco ni negro ...me ubico donde se me da la real gana y quedense ustedes con sus polaridades tan definidas...
ResponderBorrarcomo soy una mediocre de las buenas me despido con una sonrisa agradecida diciendo aqui no ha pasado nada ... igual como soy menos mediocre que el anterior me mando con nombre y apellido y olé!!