miércoles, 21 de septiembre de 2016

Entrevista sobre superación personal

Tenía pendiente compartir el video de la entrevista sobre superación personal.

Espero que esta conversación sea un humilde aporte a la reflexión.

Agradezco la invitación al programa "Se hace camino al andar", conducido por Elba Torrado.






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sábado, 17 de septiembre de 2016

¿Sabemos quiénes somos?


Hace tiempo que escucho hablar sobre quiénes somos y me inquieto un poco al respecto. Al principio me preguntaba, pero cómo puede ser que no sepamos quiénes somos. No podemos ser tan tontos de convivir con nosotros mismos y no saber en verdad quiénes somos. Si hace 20, 30, 40 años que convivimos con nosotros lo menos que deberíamos saber es quiénes somos.

¿No?

Esas inquietudes tenía hace un tiempo y todavía tengo. Porque es cierto que es muy relevante conocerse y poder descubrir en algún momento quién carajo somos.

De lo contrario somos extraños a nosotros mismos, tomamos decisiones desafinadas con nuestra persona y actuamos como marionetas que en vez de ser comandadas por nuestra voluntad, son guiadas por otras cuestiones. Las circunstancias, otras personas, el ego o quizás muchas.

Muchísimas cosas más.

De manera entonces que primero y principal sería bueno conocerse. Es decir, sería conveniente conocerse. Para eso tal vez hay que aquietarse. 

Detenerse.

Mirarse un poco en el espejo y preguntarse. A ver Josecito, ¿quién sos? Y detenerse un poco ahí. Mirarse tranquilo hasta comprenderse con mayor fidelidad. Con la mayor objetividad del mundo. 

Ahí tal vez lo mejor es no usar palabras y quedarse en silencio. Esto sería más o menos así.

Josecito se detiene en la vida. Se pone frente al espejo. Y mira.

No dice nada.

Mira.

¿A quien? 

A Josecito. Mira qué ha hecho los últimos días, las últimas semanas. Los úlltimos años.

Que ha hecho en verdad Josecito, cómo se ha movido. Cómo ha interactuado con los demás. Qué emocionalidades ha tenido en las distintas circunstancias. Cuáles han sido sus deseos. Qué ha hecho con ellos. Hacia dónde ha ido en verdad. Qué miedos ha tenido, cómo ha resuelto sus cuestiones. 

En fin.

Josecito sabrá qué ver y qué preguntarse. Lo importante es quizás que se detenga, se mire frente al espejo y se observe.

Sin mentirse.

Después es cosa de Josecito lo que quiera ver. O darle lugar a lo que le de mayor relevancia. 

Tal vez luego de esa exploración que parecería conveniente hacer en forma habitual, esté listo para saber quién es o quién ha estado siendo.

Luego decidirá si es mejor ser el mismo o prefiere cambiar en algunos de sus aspectos.

Nadie le va a decir a Josecito qué es lo que tiene que hacer.





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sábado, 10 de septiembre de 2016

Tus lógicas


Yo no sé cuáles son tus lógicas, las que conozco son las mías.

No es que sea malevo ni mucho menos. Es que me gusta hacerme respetar. O más precisamente, respetarme.

Eso implica necesariamente conocer mis parámetros. Mis valores. Mi forma de proceder. Mi estilo, en síntesis.

Lo mismo le ocurre a cualquiera. Que tiene sus parámetros. Su forma de proceder. Su estilo.

En definitiva, cada uno tiene su manual de instrucciones y debe operarlo en consecuencia. Caso contrario corre el riesgo de ser atropellado por otras lógicas que son ajenas y que poco tienen que ver con su persona.

El resultado, una burda traición a quienes somos en favor de ser consecuentes con el mundo exterior. O con el proceder ajeno, para ser más exacto.

Con sus caprichos, con sus pretensiones. Con la voluntad de sus decisiones. Y su manera de vérselas con el mundo.

Por supuesto cada uno elige y puede hacerse atropellar tanto como quiera. A veces mucha gente considera que es mejor doblegarse a las lógicas ajenas que honrar las propias.

Yo nunca he visto tantos pusilánimes y obsecuentes como en estos tiempos. O, para ser más preciso, como hace un tiempito.

Pero todo es respetable.

Y todo tiene sus precios.

En cualquier caso, cada uno hará lo que considere.

A mí me parece, a riesgo de estar algo equivocado. O muy equivocado…

A mí me parece que es mejor alinearnos con nuestras lógicas. Es como si eligiéramos ser serios con nosotros mismos.

Como si creyéramos que lo mejor es respetarnos siempre.





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sábado, 3 de septiembre de 2016

Ganas


Me parece que la mejor forma de deshonrar la vida es vivir con pocas ganas. Algo que realmente me inquieta desde hace tiempo y me despierta algunas reflexiones.

Siempre quizás hay dos cuestiones que discierno cuando conozco a una persona. Lo primero, y principal, distingo si es una persona buena.

Lo segundo, si vive o no con ganas.

Cualquiera de las dos carencias es motivo suficiente y necesario para que esquive a esa persona.
Porque sé que es una mala influencia, aunque suene algo duro.

Aunque pueda ser la síntesis un prejuicio.

Las personas que no tienen ganas desperdician la vida. No son lo que pueden ser en sus potencialidades. Y en vez de ir siempre a más, van siempre a menos.

Actúan como si creyeran en la debilidad, en la carencia. En vez de apostar a sus posibilidades y fortalezas.

El resultado de esa actitud mediocre se manifiesta en sus realidades. Que habla con la elocuencia que no tienen las palabras.

No voy obviamente a juzgar o ajusticiar a quienes viven sin ganas. Quienes ponen poco empeño. Quienes creen que menos es mejor que más.

Son ellos quienes sabrán los beneficios de sus actitudes y recibirán la retribución que esa forma de estar en el mundo ofrece.

Lo que sí siempre me pregunto y me inquieta, es por qué eligen ser menos de lo que son. Por qué creen en la precariedad de ir a menos.

Por el contrario siempre me acerco a los buenos y a los que van a más. Creo en esas personas porque construyen vidas poderosas, alcanzan objetivos.

Viven intensamente.

Y, en esa actitud, honran la vida.

Gracias a ellos el mundo avanza. Se construye y evoluciona. No se regodea en la comodidad de las excusas.

Si tuviera que creer en alguien, creo por supuesto primero en los buenos.

Y después, en los que tienen ganas. En los que van a más. 





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