martes, 18 de junio de 2013

Culpable

Mi novia, que es más inteligente que yo y robaba ciruelas cuando era chica, me dice que no puedo dejar que otro incida en mi emocionalidad. Que ya leí o estudié bastante sobre el tema y que no me podría permitir semejante torpeza.

Ella sabe que el mundo ha venido a contrariarme hoy y que con mi temperamento no podría dejar de presentar batalla. Así que desplego la rebeldía que pretende ajusticiar el despropósito, que no es más que el accionar malicioso y dañino de algún semejante que terminó perturbándome.

Así que arremeto con rabia para ajusticiar al mundo que hoy se desalineó y decidió increparme. Aunque en verdad no es al mundo al que quiero disciplinar sino al sujeto confundido y malicioso que por esos azares de la vida se interpuso en mi camino.

Todo porque el hombre no mira al frente su camino y se interesa en provocar el mío, que seguramente le significa una amenaza para su vida mezquina, chiquita, precaria y previsible.

Solo quisiera decir que yo no tengo la culpa de sus elecciones. Solo soy culpable de las mías.

Y es una culpa que sobrellevo con convicción y alegría.

Lo siento.




Leer Más...