jueves, 29 de marzo de 2012

Comparación

Hace poco que observo la comparación. Nunca fue para mí un tema relevante.

Hasta que un día abrí los ojos. Miré a un lado, miré al otro.

Lo vi todo.

La gente se medía con su semejante. Observaba lo que hacía, lo que dejaba de hacer.

Se inmiscuía como podía en las decisiones del otro, para entenderlas primero. Considerarlas después. Ejecutarlas según las posibilidades.

Cómo podía ser que este juego extraño y perverso adquiera tal relevancia. Tenía la jerarquía de incidir en el accionar individual, definiendo decisiones y construyendo realidades.

Dejando así a merced del otro la propia vida, que se invalida por el capricho ajeno. Porque no son unos los que deciden, son los otros los que resuelven. Los que de alguna manera diseñan el camino y lo recorren primero. Para que luego el otro caiga en las huellas de sus pasos, por perturbaciones que movilizó la comparación.

Viajan todos. Se compran los mismos trajes o pulseras. Sonríen en las mismas fotos. Muestran similares medallas.

Hoy sospecho que la comparación atrapa a muchos. Los convierte primero en rehenes del otro. Luego en esclavos.

Quizás por inseguridad, desidia en la capacidad de discernimiento para la acción o falencias en las intenciones creativas.

Pero la medición primero considera y luego determina.

Devela quizás la vulnerabilidad de seres asustados e incompetentes para guiar sus vidas.


Escritos de la Vida - Juan Valentini     *Juan Valentini es autor de "Escritos de la Vida", disponible en papel y ebook. Es también autor del libro de superación personal El Campeón.

http://www.cuspide.com/9789871301652/El+Campeon/




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lunes, 5 de marzo de 2012

Escritos Espontáneos


Podría escribir un escrito espontáneo, lleno de frescura y notificaciones.

Porque el escrito revela lo imprevisible, lo que no sabía que iba a aparecer y sin embargo emerge.

Sube hasta el papel y se muestra ante la vista.

Algo así son los escritos espontáneos, tal vez en esencia presurosos. Porque avanzan sin pedir permisos innecesarios y se establecen casi de prepo.

Uno lee más que escribe.

Aunque tipea para participar del juego. Oficia entonces como un buscador que va desplegando pasos. Avanza hacia algún lugar impensado y luego observa.

Observa si hay algo, si alguna cosa se insinuó o se visualiza a partir de lo dicho.

Y es en este juego donde uno tal vez se libera, se desata de algún modo.

Queda purificado de palabras.

Para poder luego irse a caminar.




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