jueves, 10 de febrero de 2022

Personalmente



Desde chico renegaba con el tema de tener que presentarse personalmente.


La idiotez de la burocracia sumada a la mediocridad de cabezas viejas que parecen aferradas a vivir en un mundo que hace tiempo terminó, imponen esa pretensión.


Y se salen con la suya.


Semejante impericia produce los perjuicios consecuentes.


Uno tiene que agarrar su cuerpo y trasladarlo innecesariamente por los caprichos de los burócratas que así disponen que se hagan las cosas sin dar el más mínimo resquicio para proponer otra cosa.


Que esencialmente consistiría en hacer lo mismo sin la molestia, el tiempo dilapidado y los perjuicios que ocasiona tener que llevar el cuerpo de uno a tal o cual lugar.


Yo me rebelo desde siempre pero mis pataletas no surten mayores efectos y quedo subsumido a las disposiciones vigentes de las cabezas viejas obsesionadas por querer cuerpos presentes para lograr vaya a saber uno qué.


Puede ser retirar algo o firmar, o lo que sea.


Esta exigencia de tener que llevar el cuerpo se tiene que terminar. No puede ser que las imposiciones de las cabezas viejas aferradas a mundos que ya terminaron persistan con pretensiones indebidas que terminan ocasionándonos perjuicios a todos.


De momento no queda otra que protestar con la expectativa de movilizar el avispero y afectar los caprichos del mundo que terminó para que finalmente ceda y se adecue a los nuevos tiempos.


Esta obsesión de obligarnos a vivir en un mundo viejo cuando tenemos a la vista y en innumerables hechos un mundo nuevo es un verdadero despropósito.


Alcemos las armas y ofrezcamos batalla en beneficio de todos. 






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