jueves, 4 de junio de 2020

La emocionalidad


No sé ustedes pero tengo dificultades para pescar la emocionalidad, dilucidar las  incidencias que la provocan y luego encausarla a buen puerto.

Estoy atento por supuesto pero los motivos que fomentan lo emocional a veces se me escabullen.

Aunque intente pescarlos.

En realidad buceo con mayor empeño cuando siento que estoy frunciendo el ceño y un hombre amargado quiere instalarse en mi cuerpo.

Estoy atento y observo, para que no avance. Y si bien no discutimos a viva voz, creo que sabe que lo vigilo.

Por eso tal vez titubea, aunque muchas veces me distraigo y avanza sigiloso.

Si advierto que persiste y gana muchas posiciones, le insinuó que pondré música o lo amenazo con que iré a correr.

No sé si cree o confía en cierto espíritu de vagancia que me retendrá en el lugar sin ocasionarle el más mínimo riesgo.

Muchas veces permanezco trabajando quizás en la notebook expectante, aunque creo que sabe que lo monitoreo.

Otras veces me distraigo y me doy cuenta tarde, cuando ha logrado atraparme.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.