viernes, 8 de diciembre de 2023

Las elucubraciones

Es peligrosa la elucubración.

La persona tiene la facultad de construirse cuentos y si lo hace de manera irresponsable basándose en supuestos indicios puede llegar a cualquier parte.

El peor de los destinos.

Síntesis irreales e injustas, por ejemplo.

Precisiones infundadas que carecen de cualquier sustento y se transforman en verdades íntimas inquebrantables que permanecen en silencio en la propia persona.

Así como es imposible respirar y dejar de construir interpretaciones ante cualquier hecho relevante o circunstancia que genera interés, también hay que reconocer la disposición a construir elucubraciones que acompañan a la persona y persisten en su cabeza mientras permanezcan resguardadas en ese terreno íntimo y no se atrevan a exhibirse en la realidad, que es el espacio que puede validar o desterrar esa suerte de síntesis silenciadas que acompañan a cualquier persona.

El problema no es que las elucubraciones sean inherentes a todas las personas, sino que si no se establecen relaciones inteligentes con ellas, se pueden generar verdades inconvenientes que lo único que hacen es atormentar a la persona, erosionar sus relaciones y dañar su estado de ánimo.

Por eso hay que tener especial cuidado con los cuentos dañinos que somos capaces de pergeñar a partir de los indicios o hechos que fueran.

Hay elucubraciones más precisas que se hacen de manera responsable, con cierta cautela, capacidad de observación y análisis de los aconteceres objetivos.

Ese tipo de elucubraciones concuerdan más con la realidad y permiten observar los hechos que fueran con la posibilidad luego de aceptarlos calladamente o bien incidir para modificarlos.

La otra alternativa es lanzarse a la elucubración de manera irresponsable, basándose en supuestos indicios que van construyendo un cuento endeble, atado con alambre, pero estableciendo síntesis que de a poco autoconvencen de su veracidad aunque jamás sean chequeadas con la realidad, que rapidanente puede desarticularlas.

El problema de las elucubraciones es que son cuentos que nos contamos y que recaen con el tiempo en la profundidad de nuestro ser constituyéndose en verdades íntimas de las cuales estamos convencidos.

Quedamos encerrados en esa realidad paralela que se asienta en las profundidades de nuestro silencio.

Es mejor estar atentos a nuestras elucubraciones sobre todo si son negativas y nos aportan malestar, porque esos cuentos que nos contamos y se transforman en verdades íntimas, muchas veces no concuerdan con la realidad.

Solo concuerdan cuando los vamos chequeando con cautela, con responsabilidad y con la madurez propia de quien tiene la fortaleza de vérselas con la realidad.

Sea cual fuere.

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