jueves, 23 de noviembre de 2023

Cumpleaños


Hoy es mi cumpleaños.

¿Y?

Nada, confieso, me hago cargo. Es como decir, bueno está bien, tengo un año más y aunque parezca mentira me empiezo a preguntar si es correcto el número o es un año menos o un año más.

Eso me empezó a pasar hace un par de años, debe ser una señal de la vejez que se insinúa sin miramientos.

Dejate de joder.

El cumpleaños es una instancia positiva en el sentido de que invita a la reflexión y al festejo.

Uno siente que tiene el derecho lícito, legítimo e irrenunciable a agasajarse con todos los honores.

A darse todos los gustos. Sin restricciones, sin medias tintas ni limitaciones de ningún tipo.

Dos bochas de helado por favor.

Decía…

Está bien el tema del cumpleaños para todos porque impulsa a la persona a agasajarse de la manera que fuera. Es en esencia entonces una circunstancia que favorece el bienestar y contribuye a la felicidad.

Debe ser por eso que hace años pensé en la conveniencia de extender esta filosofía del cumpleaños a una semana, luego a un mes.

Y finalmente al año.

Los 365 días.

Fue una buena decisión, quizás de las más inteligentes sospecho.

Eso no quiere decir que uno no haga lo que tiene que hacer y construya la vida más productiva y saludable que pueda imaginar.

Quiere decir que debe tratarse bien, muy bien.

Excelentemente bien.

Desde el mundo externo y desde el discurso interno, con un sano y constructivo diálogo interior.

Posicionarse en el lado opuesto del sufrimiento, el pesar y el autoflagelo.

Celebrar su vida, contribuir y agradecer la existencia.

Por lo demás, lo importante es que la casa está en orden, soy quien decidí ser, quien quiero ser y quien auténticamente creo que soy.

Me lanzo y me ánimo al descubrimiento.

Cada año la transformación es congruente con los valores, los principios y la sana imaginación que afecta a mi persona.

No hay brecha.

Después obviamente las circunstancias son detalles, uno puede ser esto o aquello, vivir acá o allá.

Pero lo más importante es que cada año soy quien soy, no hay ni la más ínfima distancia, lo cual aporta un sentimiento de seguridad y bienestar invaluable, sobre todo porque uno se siente bien siendo quien es.

Con sus limitaciones y con sus posibilidades, con sus logros y sus fracasos.

Soy lo que soy, y está bien así.

La conciencia siempre absolutamente tranquila con lo cual me podría morir en paz dentro de muchos años más.

Feliz cumpleaños para mí.


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