miércoles, 18 de octubre de 2023

La suerte



La suerte está echada, la moneda está en el aire.


Aunque todos sabemos que caerá cara.


Cara despeinada, ¿no?


Uno escribe, el otro completa y determina en su propio convencimiento lo que uno sin decir cree que dijo.


Mirá vos.


Algo de eso hay siempre, por eso el autor debe despojarse de sus dichos y dejarle al lector que resuelva a su manera.


Es decir, que haga hablar al texto como se le dé la gana, porque así ejerce el derecho de la libre interpretación, que es esencialmente el derecho a que el texto diga lo que el lector quiere que diga.


Más allá de lo que el autor quiso decir.


Problemas a veces si los hay.


¿Por qué?


Porque el autor muchas veces no dice con elocuencia, determinación y transparencia. Dice lo que dice, tal vez de manera más cuidada, solapada, como ocultándose de algún modo de los piedrasos que algún desadaptado pueda estar dispuesto a propinarle ante el primer paso en falso.


Así que es por esa cobardía que el autor asoma muchas veces la cabeza con cierto cuidado, sigilo.


No quiere ganarse enemigos gratis y a montones.


A veces es así y es comprensible, pobre hombre. 


¿Cuál sería el beneficio de que lo puteen un día unos y otro día otros?


Bueno, decir lo suyo. Incidir. Provocar. Persuadir al lector de que vaya por allá o por acá.


Hacerse hombre de una vez.


Vaya uno a saber.


Pero si el autor acepta la autonomía verdadera del lector no está tentado siquiera a persuadirlo de nada, solo a problematizar aportando lo que esté a su alcance para que el otro conforme su propio criterio. 


Y además sabe que el lector en algún punto lee y concluye a su antojo.


Por eso tal vez la suerte en este sentido más importante de lo simbólico, la suerte está echada.


Siempre.


Pero en lo que atañe a las circunstancias temporales que nos ocupan, si bien todos sabemos que la suerte está echada y el verdadero espíritu argentiniano tiene sabor a lo novelesco y sorpresivo.


Y si bien la moneda está en el aire, dando vueltas hasta el último momento, con vericuetos de insinuación indescifrable.


Todos sabemos que saldrá cara.


Cara despeinada.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.