sábado, 9 de febrero de 2013

Color Esperanza


Diego Torres dijo que no podía escribir todos los días “Color Esperanza”.

Recuerdo que lo escuché, aunque no podría precisar el contexto ni dónde fue.

Eso me hace pensar que podría estar incurriendo en la mentira. Ejercería así una suerte de aseveración infundada.

Por qué?

Simple.

Alguien levanta la mano y pregunta. (leer más)

-Dónde lo escuchaste Juan Manuel?

Y, no. No sé. 

Eso es lo que debería responder. O.

No sé, no lo recuerdo. Pero lo escuché. Sé que lo dijo. En algún lugar y en algún momento lo dijo.

Eso podría decir, más a mi estilo. Porque ahí enfatizo. Me transparento y enfatizo. Pongo en relieve la situación sin disimularla. Sin distraer al otro con palabras, recovecos o metáforas que me ubiquen como un mentiroso.

Como hacen esos…

Esos cuáles?

Los que mienten.

Porque ellos con tal de sostener sus dichos son capaces de cualquier cosa. Incluso de introducir información falsa para sustentar lo pronunciado.

Esa es una práctica frecuente. Todos la hemos visto.

No?

La persona sostiene algo que dijo “en falso”. Digo “en falso” para graficar. Poner en evidencia. Dejar en off side al mentiroso.

Dijo entonces algo en falso y en vez de retractarse. Detenerse.

Replegarse.

O disculparse por el desatino.

Qué hace.

Redobla la apuesta. Entra así a tergiversar hechos, suponer supuestos que nunca ocurrieron y enredarse en un relato cada vez más extenso y mentiroso.

Todo para engatusar al interlocutor de turno. Embarullarlo o confundirlo.

Aunque no sé bien por qué lo hace.

Supongo…

Supongo que lo hace para preservar su honor, su respetabilidad.

Redimirse con las manos vacías sería mucho. Porque para algo abrió la boca.

No?

Por eso avanza en vez de detenerse. Asumir el error. La culpa que implica haber soltado una palabra de más. O unos breves párrafos.

La insistencia lo constituye en mentiroso. La profundización concluye determinándolo en la estirpe. 

Entonces es mejor replegarse, creo yo. Saber cuándo se dio el paso en falso y detenerse.

Porque como en toda decisión lo importante es tener cierto nivel de conciencia y asumirla con valía. Con sus beneficios y con sus costos.

Yo por eso prefiero replegarme. Saber hasta dónde llegar. Más vale una rectificación por la carencia de información que, una insistencia determinada sobre una verdad que nos excede.

Puedo jurar y perjurar. Dijo alguna vez en algún lugar, que no se puede escribir todos los días “Color Esperanza”.

Diego Torres lo dijo. 

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