sábado, 13 de mayo de 2023

¿Pensando o sin pensar?


La paz esté contigo.

¿Qué?

No, estaba en otro tema, justo respondiendo un mensaje.

¿Pensando o sin pensar?

Esa es la cuestión, el meollo del asunto. La particularidad de la existencia que merece enfocarse para ver si vislumbramos algo con la intención de siempre, que no es ni más ni menos que elevar el nivel de consciencia para lograr mayor claridad y perfilar las mejores decisiones posibles para construir la vida.

Y lograr, por supuesto, quienes podemos ser en todo nuestro máximo esplendor. Y alcanzar todo lo que queramos.

Vendo, vendo…

En fin, se puede vivir sin pensar o pensando. En una suerte de matiz entre los extremos, y moviéndose de un lado al otro, como aproximándose a una de esas dos posibilidades que obviamente ofrecen sus propias consecuencias.

¿Cuáles?

Difíciles de precisar porque las circunstancias varían, pero de alguna manera se puede presumir, advertir, esperar. 

Es como que si uno va para allá, va y va. Bueno, se va a encontrar en ese lugar que se veía de lejos cuando iba para allá.

¿No?

Sí. Salvo que se desvíe en el camino, el resultado es esperable, previsible.

Cantado.

Si sigue para allá, y se ve ese destino, cuando llegue lo va a encontrar. Le guste o no. Iba para allá. Se veía ese destino. Ahí está.

No se queje, es donde iba y donde llegó. 

¿Y ahora?

Bueno, se puede vivir sin pensar o pensando. O, como dijimos, se puede estar en el medio, con cierto dinamismo, donde podría haber menos pensamiento y donde podría haber un pensamiento desmedido. De extremo a extremo o paseándose sobre el medio, o como cada uno quiera, vislumbra, o decida.

Nadie va a decir que hay que estar viviendo sin pensar, ni pensando. Ni en el medio. Ni nada. 

Cada uno es responsable de sí mismo y de sus elecciones.

Lo que inquieta tal vez es tener presente estas cuestiones que parecen ser bastante relevantes porque inciden en la construcción de la persona y en la producción de la propia vida. Cuando alguien vive, vive realmente, quizás es porque se lanza con todo a la existencia. No titubea, no se pregunta. No anda refrenándose como un especulador que quiere verlo todo antes de encontrarse con el mundo. 

Vive y listo.

Se vuelca a la realidad y de algún modo que sea lo que sea. No va a andar a las vueltas viendo una y otra vez en el teatro de la mente, si es por acá, si es por allá. Si mejor es un poquito por acá, otro poquito por allá. O mejor aún es quedarse quieto, y vivir poco para evitar intensidades y problemas.

Nada de eso, si quiere vivir con todo, el telón del futuro lo tiene que abrir con las dos manos y lanzarse. Después verá la realidad que le trae. Si viene con esto o aquello. Y ahí, en esos vericuetos de la existencia, tendrá que surfear, fluir, decidir lo que considere conveniente. 

No puede renunciar a vivir ni escaparse de las consecuencias que generó.

En fin, no todo es color de rosas. Hay cosas que están muy buenas y otras que es mejor que no existieran. Pero ya saben que las decisiones vienen con el beneficio pero también con el precio.

Si uno no quiere pagar nada, solo puede quedarse quieto. Que es en algún modo un despropósito de la comodidad, porque desde la quietud se observa la vida que puede ser y en esa disposición de despojarse de problemas, se despoja también el ser de la enrirquecedora y trabajosa experiencia.

Vive poco.

No creo que sea por ahí, aunque cada uno verá.

Por el otro lado del no pensamiento está el ser que podría ser especulativo, medidor, analítico, calculador.

Estratégico.

Eso, estratégico.

Está muy bien al mirar porque para qué tenemos cabecita. Para qué tenemos lenguaje. Palabras, capacidad analítica.

☝Y de abstracción. 

Sí, de abstracción.

Para pensar y utilizar el pensamiento como un recurso invalorable para construir la vida.

De modo que algo habría que tomar de la perspectiva que indica la posibilidad de vivir sin pensar, y algo habría que tomar de la perspectiva que dice, piense, piense. 

No sea boludo.

Piense.

Hasta aquí hemos llegado hoy en ese escrito solemne.

Solo me resta desearles que construyan la mejor suerte posible en cada una de las decisiones que tomen.

Chau.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.