jueves, 8 de diciembre de 2022

La viveza criolla


Ya debo haber escrito sobre este tema y ya debo haber dicho lo mismo que supongo escribiré en los próximos párrafos, pero seguramente de manera distinta.


Al meollo se lo aborda con diferentes palabras, párrafos, ideas o perspectivas, siempre con la intención de desmenuzarlo, comprenderlo y dilucidarlo hasta donde el entendimiento lo permite.


¿Para qué?


Porque al visualizarlo con la mayor precisión posible podemos establecer una comprensión y una posición efectiva y conveniente sobre el mismo.


En eso estamos.


La decadencia en términos generales y en términos del ser también, tiene que ver mucho con el despliegue y la proliferación de la viveza criolla, que es esencialmente una filosofía que degrada al ser humano y lo ubica en las antípodas de las virtudes, llevando su accionar hasta la zona maliciosa del engaño y la trampa.


Las prácticas son diversas y las circunstancias que se pueden referir en relación a la viveza criolla son innumerables.


Pero lo cierto es que pulula entre nosotros y no son pocos los adherentes a esta insana ideología que supone obviamente circunstanciales beneficios.


Porque la viveza criolla es una práctica que se vale de cualquier treta con tal de lograr sus objetivos, y constituye esencialmente un desprecio por el otro, quien suele ser burlado por las trampas y las artimañas que la viveza criolla tiene la habilidad de orquestar.


Quizás lo más llamativo no es la vulgaridad de su proceder que suele ser más o menos evidente, sino la convicción de quien la ejerce de creerse el más vivo de todos. 


Sin percatarse en lo más mínimo que es un mediocre que debe recurrir a la insana picardía para lograr los propósitos que sean.


Nadie en verdad con valores virtuosos o con intención de obrar como buena gente se permite asumir las prácticas que supone ser un fiel representante de la viveza criolla, porque primero defiende la integridad de su ser y la sana conciencia de sus actos.


Y sabe, obviamente, por más objetivo que quiera lograr, que no lo logrará a cualquier precio ni se embaucará en acciones dolosas, que se apoyan en el engaño, la estafa y la trampa para lograr los fines que fueran.


Defiende primero su conciencia que le asegura la paz y tranquilidad necesarias para vivir en bienestar, y luego sí se entrega sanamente a los objetivos que lícitamente puede perseguir.


En cambio las personas que se alinean a la filosofía de la viveza criolla para desplegarla en distintas circunstancias, suelen estar cegadas por sus objetivos, y no tienen ningún reparo de valerse de las tretas, las trampas, los perjuicios a los semejantes que fueran, con tal de lograr sus propósitos.


Expresan en sus actos con elocuencia la degradación del ser, afean el mundo con sus decisiones y conductas, y sus dudosos triunfos circunstanciales sólo le recuerdan que la maliciociocidad puede lograr sus objetivos a costa de perturbar por siempre sus conciencias.


En el caso de que íntimamente quieran ser buenas personas.


De lo contrario pueden enorgullecerse de ser unos reverendos hijos de puta.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.