Los idiotas
Pocas cosas me enojan más que la zoncera manifestándose de manera impúdica en las circunstancias más disímiles.
La idiotez avanzó tanto que hasta degradó la estupidez, porque antes quizás muchos eran tontos y no lo advertían pero ahora se vanaglorian de eso y hacen un culto a la zoncera.
Disculpen ustedes pero veo idiotas por todos lados y el problema es que son muy peligrosos.
Desde que me convertí en padre me parece por ejemplo una locura que cualquiera pueda tener un bebé en su casa. Teniendo en cuenta la estupidez reinante es realmente un peligro que seres indefensos estén en manos de tontos, incompetentes, irresponsables o insensibles.
Ayer nomás vi como una mujer bullanguera maltrataba a su hija con una agresividad que indignaba.
Y el otro día vi zamarrear con violencia a un niño por su padre con la agresividad propia del idiota que repentinamente se encuentra con una dosis de poder y es una persona subdesarrollada.
He visto idiotas que ponen música en autos armados con parlantes prepotentes en lugares paradisíacos como playas o laguitos que son el paraíso del silencio.
Lo hacen con el entusiasmo de los tontos que no advierten el perjuicio que ocasionan y creen que han venido para salvar al mundo.
Algunos son tan tontos que ni siquiera advierten que a pocos metros otro tonto hace lo mismo y entre estos parlantes invasivos, compulsivos y desafortunados, se mezclan los ruidos y solo logran aturdir a todos.
Otros que se hacen notar son los que andan en motos con los escapes ruidosos, creyendo que esos estruendos insoportables los transforma en galanes de turno, sin advertir que los revelan como idiotas molestos.
Entre los tontos más peligrosos no puedo dejar de mencionar los que cruzan en las esquinas sin mirar y de espalda a los autos, generando las condiciones propicias para que los atropellen.
Y los idiotas que manejan autos sin frenar en las esquinas, a velocidad de descerebrado en calles y avenidas o pasando en curvas de rutas, propiciando la posibilidad de que esas conductas asesinas generen los previsibles resultados consecuentes.
Pero no voy a seguir enumerando la cantidad de idiotas que andan dando vueltas porque me doy manija y me dan ganas de mandarlos a todos a la mierda, con la expectativa de que ese recóndito lugar exista y puedan avivarse de una vez para no seguir haciendo daño.
Pero no voy a seguir enumerando la cantidad de idiotas que andan dando vueltas porque me doy manija y me dan ganas de mandarlos a todos a la mierda, con la expectativa de que ese recóndito lugar exista y puedan avivarse de una vez para no seguir haciendo daño.
Ustedes dirán que soy un rezongón y que podría tener una mirada positiva por ejemplo tapándome los ojos ante la idiotez.
Pero si sirve de defensa propia aduzco que en verdad apunto estas cuestiones que emergen de la elocuencia, con un espíritu positivo, porque creo que enfocarlas y mencionarlas puede servir para resolverlas.
Quizás algún idiota tome nota y se replantee su accionar.
Aunque debo confesarles que mis expectativas al respecto no son muy buenas.
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