sábado, 9 de noviembre de 2019

El jefe


Hace tiempo que el niño es el jefe, lo supe antes de que nazca. 

Mi espíritu sensible, cobarde y anti combativo no podía presagiarme otra cosa. 

El niño vendría y yo me replegaría sin chistar al recóndito lugar de la otra habitación, resguardado en la calidez de la guarida.

Lugar que por inercia o autopreservación habito desde chico, para salvarme del mundo externo y lógicas cercanas que resultaban perjudiciales.

Así que el bebé se ha ubicado plácidamente en la cama grande y yo he emprendido la indigna retirada.

Me he ido sin protestar, con la cabeza en alto y la convicción de que cumplo con mi deber, en las circunstancias que la vida ha traído.

No tengo nada por reclamar, ni nada por lo cual rebelarme.

Las cosas se asientan debidamente en su lugar.

En casa somos pocos, solo tes, pero desde hace un tiempo ya tenemos claro quién es el jefe de familia.

Y quién manda.



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