viernes, 31 de diciembre de 2010

Escribir


Mi intención no es escribir sobre mí.

Eso está claro. Eso fue siempre así.

A veces, es cierto. A veces parece que escribo sobre mí.

Pero bien sabe el lector inteligente que es un truco, una insinuación que cumple el propósito de alentarme a la escritura. De impulsarme sobre la página en blanco con el afán de facilitar cierto decir que pugna por revelarse.

Porque lo importante no es centrarme en mi persona. Eso a quién le importa.

Lo importante o lo que puede percibirse con cierta relevancia es buscar al hombre. Al ser humano.

Buscarlo por todos lados y en todas las dimensiones.

Con el ánimo de atraparlo.

Precisarlo frente a mis ojos y a los ojos de los demás.

Cómo quien quiere descubrir la trastienda. Entender de qué se trata. Cuál es el fundamento del hombre, su naturaleza.

El sentido del juego.

Para eso me lanzo a escribir. O a jugar como un niño, para ser más exacto.

Porque no se trata de enredarnos en párrafos complejos que pretenden opacidad. Se trata de entendernos, bucear con propósito. Favorecer la claridad.

Es cierto que en el transcurrir de los escritos alguien me pide explicaciones sobre lo dicho. Levanta la mano, celebra o protesta.

Pero lo dicho está.

Y bien dicho que estuvo.

De ahí tal vez el carácter saludable de la escritura. Porque es un espacio de presencia y liberación.

Y viva entonces la libertad. Y viva la escritura.

Si nos libera y nos permite emerger para ofrecer presencia.

Para presentar el ser.

Es claro que las situaciones cotidianas son un motivo de inspiración. Que ciertos rasgos de curiosidad y observación son el sustento de la escritura. Que cierta predisposición al entendimiento es la base entusiástica del cometido.

Podría decir más. Escribir más.

Recorrer el laberinto de las vicisitudes que concentran mi atención. Que me inquietan.

Pero no quiero excederme de estos breves minutos dispensados.

De manera que me retiro, con las preguntas, con las inquietudes y con las supuestas respuestas.

Dejando en el camino ciertas dudas con la esperanza que alienten la reflexión e inciten la búsqueda.

Para descubrir el juego. Para entretenernos.

Y para vivir.
.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.