domingo, 19 de diciembre de 2010

Discusión Conmigo


Suena prometedor el título, veremos qué aparece.

Abro las manos, miro el techo y escribo.

Discusión conmigo.

No sé si será para relatar la contrariedad. La oposición entre miradas encontradas. Percepciones divergentes que a veces no se encuentran.

Y se marcha cada cual por su lado.

Pero en verdad no sé, debería verlo.

Ahora mismo sospecho que puede ser así. Quizás es así. Tal vez sea.

Pero aún no sé. Aunque ya me inquieto.

La contrariedad debe ser natural. No habría que horrorizarse por esa sutil diferencia que puede hacer emerger la discusión.

Es posible que cierto aspecto de uno visualice un camino. Mientras otro aspecto también de uno visualice un camino opuesto.

El problema es arribar a una síntesis. Que debe ser consecuencia de una silenciosa pero sostenida discusión. Porque hay lugar para la divergencia pero no para evadir la resolución.

Porque el resultado final de la discrepancia exige un consenso. Un acuerdo íntimo y mesurado.

Que de alguna manera tranquilice a las partes internas de uno.

Las calme.

Para procurar luego unificar posiciones que establezcan las condiciones propicias para avanzar sobre la vida.

Haciendo así que el cuerpo sintetice un resultado. Para desandar pasos hacia un lado o hacia el otro.

Con una dirección visiblemente única.

Izquierda, derecha o diagonal.

Pero invisiblemente. Tal vez, contrariada.
.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.