viernes, 22 de agosto de 2008

Sonrisa por Convicción


Primero pensaba que era un perro verde. Pero después corroboré que los ojos estaban llenos de sangre.

Definitivamente no era un perro. No, no.

- ¿Entonces?

Era una persona que había dejado transformar su mirada. Resignó sus ojos hermosos por otros amenazantes.

Malos, dañinos.

Destructivos.

Mmmm…

Son las circunstancias las que llenan los ojos de sangre. A causa de las ideas que merodean primero y se instalan después.

A mí no me resulta extraño. Hace años que sospecho del poder del pensamiento.

Sé muy bien que puede construir la realidad. Y lo hace sin ponerse colorado.

Después de todo, el miedo, el amor, la valentía, o cualquier sensación que se precie de sentimiento, no es más que una cuestión ideológica que persuade a la subjetividad hasta seducirla…

La toma de la mano y se casa con ella.

Los ojos rojos son sólo un detalle que delatan la emoción. Y develan la intimidad de las ideas.

Yo prefiero la sonrisa por convicción.

:)

2 comentarios:

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