Sonrisa por Convicción
Primero pensaba que era un perro verde. Pero después corroboré que los ojos estaban llenos de sangre.
Definitivamente no era un perro. No, no.
- ¿Entonces?
Era una persona que había dejado transformar su mirada. Resignó sus ojos hermosos por otros amenazantes.
Malos, dañinos.
Destructivos.
Mmmm…
Son las circunstancias las que llenan los ojos de sangre. A causa de las ideas que merodean primero y se instalan después.
A mí no me resulta extraño. Hace años que sospecho del poder del pensamiento.
Sé muy bien que puede construir la realidad. Y lo hace sin ponerse colorado.
Después de todo, el miedo, el amor, la valentía, o cualquier sensación que se precie de sentimiento, no es más que una cuestión ideológica que persuade a la subjetividad hasta seducirla…
La toma de la mano y se casa con ella.
Los ojos rojos son sólo un detalle que delatan la emoción. Y develan la intimidad de las ideas.
Yo prefiero la sonrisa por convicción.
:)
me gusto
ResponderBorrar(:
Gracias, Joaquín. Saludos.
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