martes, 17 de agosto de 2021

¿Qué es lo importante?

Me parece interesante hacernos preguntas que puedan conducir a guiar nuestras vidas de manera inteligente, eficiente y conveniente.

Con lo cual es bueno aprovechar la posibilidad de preguntarse y detenerse luego en la pregunta para explorar, indagar, problematizar y vislumbrar las mejores respuestas.

Si nos preguntamos sobre lo relevante, priorizamos lo importante. 

Pero también, por supuesto podemos preguntarnos por lo irrelevante o por lo que queramos.

Ahí está el tema en cuestión.

¿Nos estamos haciendo las preguntas relevantes o estamos embaucados en inquietudes poco significativas?

Mmm.

Difícil saberlo, habría que pensar, mirarse como desde afuera y ver en qué se anda. 

Si uno se mira desde afuera se ve en perspectiva. Va para allá, viene para acá.

Firulete.

¿Qué hace de vuelta para allá?

Bueno, hay gente que no aprende de la experiencia, ni propia ni ajena.

Pero estamos embaucados.

¿Embaucados?

Sí, dando vuelta como firuletes en coyunturas que se repiten desde hace años. La Argentina es una calecita que gira en torno a la inflación, la devaluación, la desocupación…

Etcétera.

Siempre los buenos contra los malos y en el medio la ciudadanía observándolo todo.

Tratando de acertar.

¿Qué cosa?

Cuáles son los buenos y cuáles son los malos.

Siempre que el ser quede de alguna manera con la facultad de ejercer el libre albedrío. Unica condición necesaria para poder resolver con respetable criterio.

De lo contrario se transforma en fanático y pierde el juicio, porque llega a ver bien incluso lo que está mal. Escucha solo lo que quiere escuchar y ve solo lo que quiere ver.

Por ejemplo.

¿Entonces?

Lo importante sospecho que es el tiempo, la vejez, la muerte.

Qué podemos hacer cada día para honrar la existencia y contribuir en cada una de las circunstancias en las que participamos.

Esas son las cuestiones quizás más relevantes que requieren la mayor atención para eficientizarlas y resolverlas. 

Mejor uso del tiempo, mayor ralentización de la vejez o reversión, y postergación hasta lo máximo posible o anulación de la posibilidad de morir.

En el medio, superarnos y contribuir.

Definitivamente ahí debería estar la atención, la energía y el empeño. Por eso las compañías más exitosas del mundo hacen otras compañías financiadas con millones de dólares que se enfocan en estas cuestiones con objetivos de éxito muy claro para resolver las enfermedades, la vejez y la muerte.

Eso lo hacen Google, Microsoft, Facebook, entre muchas otras.

No sé por qué estamos entonces todos los días leyendo que aumentan los precios, contemplando cómo se pelean los cacareantes de turno y viendo que la plata no alcanza para nada. 

Debe ser porque la urgencia indica que la prioridad irrenunciable es tener para comer.

Y quizás estamos advirtiendo que en vez de facilitar las condiciones para que aspiremos todos a ser ricos a partir de nuestro propio esfuerzo, generan las circunstancias propicias para que seamos todos pobres.

¿Qué deberíamos preguntarnos para que esa intención negligente ajena cese?

¿Cómo podría la ciudadanía mejorar el sistema democrático para que no sea estafada sistemáticamente por burócratas que trabajan por sus privilegios e intereses en vez de honrar la representación circunstancial asignada trabajando en verdad por el bien común?

¿Estaremos siendo ineficientes sucumbiendo ante la cotidianidad en vez de hacernos las preguntas importantes?

¿Qué es lo verdaderamente importante?

¿Construimos cada día la mejor salud posible con las decisiones que tomamos?

¿Quiénes podríamos llegar a ser?

¿Qué quisiéramos hacer sí o sí antes de morirnos?


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