domingo, 1 de agosto de 2021

Qué decir…

Uno podría decir cualquier cosa y luego marcharse a seguir con su vida como si nada pasara. Y esta sucesión de párrafos quedaran en el olvido.

Pero no está bien tirar la piedra y esconder la mano. A la mano hay que dejarla y hacerse cargo de las eventuales consecuencia que genere.

Porque eso de tirar la piedra y disparar, es una actitud propia de la cobardía que se preserva para la próxima guerra.

Y ya saben, no estamos en guerra. Ni siquiera una breve batalla.

Si existe el conflicto y el empecinamiento en combatir contra quien sea, es consecuencia de la mente de algunos burócratas que están en guardia siempre dispuestos a ofrecer batalla. Y por eso le asestan el golpe a quién sea.

Al joven, al niño, al abuelito.

Y especialmente, obviamente, al adversario político que es convertido en un enemigo que es necesario primero doblegar y después si fuera posible eliminar.

Porque a los enemigos, ni justicia. 

Se dijo por ahí, y como hay muchos que no piensan, el problema se agrava. Salen despavoridos a obrar en consecuencia y hacen desastre.

Todo a consecuencia de que hay seres que no son muy evolucionados y se ciñen a lo que dice el mandamás de turno, sobre todo si están poco dispuestos a pensar por sí mismos y creen en ser obsecuentes como el camino más próspero para ascender socialmente en la burocracia que se asienta, como todos sabemos a esta altura, a partir de expoliar a los que trabajan para mantener a los burócratas que son, a no dudarlo, parásitos en muchos casos.

No en todos.

Porque hay burócratas y burócratas. 

Lo que ocurre es que han proliferado muchos ñoquis, incompetentes y acomodaticios que no ejercen ninguna función digna como para justificar los ingresos que le aporta de prepo la ciudadanía a sus representantes directos, que son los elegidos, e indirectos, que son los que de alguna manera se cuelan en la fila y abren la mano para agarrar la monedita.

O billetes suculentos.

Que reciben todos los meses.

Dicho esto vamos terminando por hoy, porque siempre al abrir la boca uno puede herir susceptibilidades, y cuando la verdad es cruel y elocuente, quien se enoja puede quedar endemoniado y proceder a voluntad.

Recordando la frase apuntada, que es mejor no volver a citar.

Porque por ahí se le pasó en el barullo del escrito.

Bendiciones. 

🙏


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