domingo, 14 de enero de 2018

La libertad


Estoy contento.

Creo que me alegró muchísimo enterarme de una noticia que me libera de condicionamientos.

La libertad es sin dudas mi bien más preciado. Ser libre es para mí hacer lo que absolutamente quiero, sin estar condicionado con los ojos de los demás que lo preguntan todo primero y luego lo evalúan desde perspectivas muchas veces conservadoras que exigen consecuencias.

Quizás por eso me escapo.

Nada me resulta más desalentador que las vidas previsibles que cumplen el manual tradicional de la existencia. 

Las respeto por supuesto y creo que es muy lícito honrarlas. Sobre todo cuando se tiene la auténtica convicción de hacerlo. De lo contrario si alguien me pidiera un consejo al respecto, le sugeriría ahorrarse la pantomima. 

Poner la vida en manos de los ojos de los demás no es ningún negocio.

Pero nadie me pide consejos, y mucho menos me gusta darlos, porque siempre pienso que el mejor consejo es el que es capaz de darse alguien a sí mismo.

El resto es chamullo, o sólo buenas intenciones.

La libertad es para mí tal vez el bien más preciado. Pocas cosas se comparan con la satisfacción de ser y hacer lo que uno considera. Excluyéndose de las expectativas ajenas o los mandatos establecidos socialmente, que aún operan en nuestras subjetividades para indicarnos algún camino.

Si no fuera porque estoy atento sería una marioneta de mi propio destino. Y estaría honrando sin saberlo desde el inconsciente lo que alguien relevante me dijo con buenas intenciones, o esperó, o sugirió. Y ahí iría yo haciendo esa vida supuestamente mía pero verdaderamente prestada.

Quizás por eso me gustan los buenos rebeldes, los que esencialmente hacen la vida que quieren hacer. 

Sea cual sea.

Y poco escuchan lo que les dicen los demás.

Yo hincho por ellos, porque se debaten muchas veces contra perjuicios que les quieren imponer las fieras. Pero siempre salen airosos porque las fieras desde sus mundos nunca logran comprender mundos ajenos.

Y no hablo de nada raro, simplemente de quienes lideran vidas propias. De quienes creen en sí mismos para honrarlas. 

De quienes se hacen cargo de ellos.

Y viven la libertad. 


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