lunes, 23 de octubre de 2017

Encapuchados


Son las tres de la tarde del sábado 21 de octubre, un día previo a las elecciones legislativas.

Un grupo de encapuchados con palos está sobre la avenida 9 de Julio en la intersección de avenida de Mayo. Frente a ellos hay alrededor de ocho personas de chalecos amarillos que en apariencia no tienen armas y son de la policía de la ciudad.

No puede ser, pienso. Nada cambió.

Camino sobre avenida de Mayo y me mezclo entre manifestantes que llevan banderas. Muchos parecen buena gente que está motivada por sus convicciones. Otros generan muchas dudas.

Sigo por la avenida de Mayo y veo a lo lejos más manifestantes. Llevan banderas y están en el medio de la calle.

-Doblemos mejor a la izquierda –le digo a Flavia.

-Vamos para San Telmo.

Es lindo ese paseo, uno va hacia el lado de Puerto Madero pero dobla varias cuadras antes. Preferentemente en Defensa. Luego llega lo más lejos posible, para disfrutar todo el recorrido.

Eso es lo que hacemos, casi sin quererlo. Porque la intención era parar en el bar notable Seddon.

CERRADO.

-Entonces sigamos. Sigamos hasta el bar Británico.

-Será acá derecho, ¿no?

-Veamos…

Caminamos sin detenernos entre los turistas del sábado a la tarde. Y paramos ocasionalmente a explorar alguna galería, como la que está repleta de chucherías repartidas entre locales divididos por rejas.

-Es deprimente esto. Son todas cosas que pertenecían a gente muerta.

-Sí, vamos.

La tarde está soleada y son muchas las personas que caminan entre las calles empedradas. De repente un hombre compenetrado indica a dos turistas extranjeros el camino para llegar a su destino. Mueve los brazos y procura ofrecerles cierta precisión gestual que le imposibilitan las palabras. Lo veo demasiado consustanciado como para interrumpirlo y pedirle que corrobore nuestro camino.

Seguimos derecho hasta la plaza Dorrego. Son numerosas las personas que están tomando algo mientras se ven vendedores por todos lados y se escuchan tangos desde los lugares más diversos.

Avanzamos un par de cuadras y llegamos al Parque Lezama, pero antes paramos en el bar notable que está en la equina. El mozo es un hombre de setenta años que lleva un impecable uniforme blanco. Toma nuestro pedido y al tiempo lo acerca a la mesa con el diario. Pero unos pocos minutos bastan para participar de ese mundo, la tarde está demasiado linda como para recluirse en las noticias que ya leímos temprano en Internet. Por eso pagamos y cruzamos... 

-Acá escribió el pasaje de la novela “Sobre héroes y tumbas” Sabato, digo.

Había una escena de la novela en un banco que por algunos vestigios de la memoria recuerdo.

-También venía la abuela Dora, me recuerda Flavia.

Caminamos por la plaza recordando a la abuela. Iba mi madre, mis hermanos y yo. Qué raro esas situaciones, pienso. Por qué íbamos a Parque Lezama. Será cierto que fuimos varias veces o formará parte de una ilusión de esas que crea la memoria y establece como verdad que no se puede corroborar.

-Dejaron hermosa esta plaza, la renovaron toda –digo.

No estoy seguro, pero en apariencias es así. La plaza está hermosa y está llena de gente disfrutándola.

Nada me alegra más del espacio público que ver que las plazas de la ciudad están recuperadas y perfectas. Así lo observé en la plaza de Tribunales, en la plaza Francia, en la Plaza Rodriguez Peña y en la plaza Congreso, entre otras.

Damos dos vueltas a la plaza por distintos recorridos internos. Vemos las fuentes en forma de copas de mármol entre otras recuperadas. Pasamos por el área renovada de juegos infantiles. Y nos sentamos para observarlo todo y disfrutar la tarde.

Volvemos caminando hacia plaza de Mayo. Creemos que volver por la avenida es siempre un paseo disfrutable. Llegamos hasta la intersección de la plaza y Defensa. Vemos varios manifestantes y de lejos percibimos que empiezan a correr.

-Se armó goma –dice alguien que pasa al lado nuestro y acelera la marcha.

Retrocedemos sobre nuestros pasos, mientras recuerdo a los encapuchados con palos que estaban parados en la avenida a plena luz de la ciudad, con la compañía de agentes desarmados.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Podés dejar tu comentario como usuario de Blogger, con tu nombre o en forma anónima. Seleccioná abajo.