martes, 5 de julio de 2016

Primo Elpidio


Mi primo Elpidio está desbordado, no por lo que hizo sino por lo que tiene que hacer.

Abro la computadora y veo un mail desorbitado, que envía a varios destinatarios. Es Elpidio, escribe sin pausas y de manera determinada. Leo extraviado el espíritu endiablado de sus palabras. Es un mensaje escabroso, cizañero, enfurecido.

Mi primo Elpidio se muestra insidioso, desorbitado.

Pero qué le pasa, por qué ese rapto de rebeldía, que deja ver un enojo desproporcionado. Quizás simulado. Quizás auténtico.

Todo será una pantomima para preservar sus formas y reposar en la tranquilidad del status quo. Pienso. Pero no lo digo.

Leo…

Elpidio escribe con furia haciendo notar que está desbordado, que es una locura que tenga que hacer lo que tiene que hacer, porque no tiene tiempo, no tiene alternativa, no tiene recursos ni posibilidades.

Además, esto no lo dice… Además, si no lo hizo hasta ahora, por qué habrá de hacerlo.

El mundo resistió. La vida transcurrió igualmente. Por qué ahora, tanto tiempo después, debe empezar a hacer lo que no hizo.

No es justo.

Por eso ha decidido decirlo todo sin miramientos, con la boca abierta y bravuconadas. No es justo que a estas alturas venga el mundo a atropellarlo y a exigirle lo que no está dispuesto a dar. O a hacer.

Observo el mail sigiloso, sin hacer mayor ruido. Como si mi actitud pudiera correr el riesgo de acrecentar el despropósito.

Ante todo hay que preservar la familia más allá de las irracionalidades en las que convivimos los Valentinis. Incluido primo Elpidio con sus raptos de aparente locura que se expresa sin inhibiciones.

Estoy cansado de los informes que me pide Juan Manuel, leo como una información tangencial, entre pasajes inconexos de diversas cuestiones.

Vuelvo a la frase.

Estoy cansado de los informes que me pide Juan Manuel.

Decido escribir para defenderme de la imputación que se me ha hecho. Y de la cual, por supuesto, soy inocente. Absolutamente inocente.

Escribo entonces un breve mail…

Primo Elpidio, dado que se ha aludido a mi persona, atribuyéndome la solicitud de determinados trabajos, dejo constancia que NUNCA PEDÍ NI PIDO NINGÚN INFORME.

Aprieto el botón “enviar” y aguardo sigiloso.



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