viernes, 5 de agosto de 2011

La Conversación


La música estaba fuerte pero permitió escuchar la definición. Estábamos enredados en conversaciones diversas, esas que permiten dilucidar el mundo primero, para construirlo después.

Siempre me enredo con amigos en conversaciones diversas. De modo que caer en ellas suele ser una bendición de la existencia.

Martín hizo una pausa, escuchó la música fuerte y sentenció.

- Memoria emotiva, Juan.

Dijo para reducir la mirada a una síntesis precisa. Que logre definir la complejidad de la vida en dos palabras.

Lo escuché y nos miramos. Sabíamos de lo que hablamos.

Mientras la música del pub irlandés nos aturdía, pero no nos imposibilitaba. Podía exigir reiteraciones de nuestros dichos sin callarlos.

El ruido siempre tiene sus grietas.

Pienso.

Así que había que pedir otra cerveza para seguir conversando.

Es cierto que suelo mirar para atrás los pasajes significativos de la existencia. Parecen insignificantes, pero tienen la relevancia de lo que suele pasar desapercibido.

Quizás estemos plagados de memorias emotivas que nos constituyen. Que nos hablan en silencio sin elucidarse con determinación.

Tal vez no estemos distraídos, sino atrapados.

La vida nos da alcance en la experiencia.

Y muchas veces se queda para reclamarnos atención.
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