Los Nervios
Los nervios vienen a mí sin presentaciones ni avisos.
Simplemente se acomodan, plácidos. Y permanecen.
Llegan en circunstancias en que se hacen reconocibles. Los percibo merodeando, insinuando. Hasta que por fin, se manifiestan.
Están.
Advertir los nervios es posible gracias a cierta atención perceptiva. Que persiste en silencio el delicado y meticuloso trabajo que desempeñan los nervios hasta apersonarse.
Presentarse de una vez, y quedarse por un tiempo.
Es rara la aparición de los nervios en circunstancias fortuitas. El escenario objetivo no suele fundamentar su presencia
Pero aquí están.
Hoy han venido.
Y no se quieren marchar.
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