martes, 25 de noviembre de 2008

Velitas...


Desafío al duelo. De frente y sin titubeos.

Persisto con la ilusión de sostenerme inalterable.

Alzo mi cabeza, pongo mi puño en alto. Me ofrezco juramento…

Presentaré batalla.

Sin violencia pero con determinación. Con la fuerza de quien quiere permanecer y se enfrenta a los caprichos de la naturaleza.

De pie.

Resistiendo.

Como evitando la caprichosa certeza. Que vendrá inevitablemente a buscarme. Para exigirme una respuesta.

De ahí debe venir la eternidad de mis duelos. Una técnica imperfecta que no acepta que el juego terminó. Que ha pasado el otoño, el invierno, la primavera…

Que hay que decidir de una vez y para siempre. Aunque el mundo concluya chiquito y se exhiba precario.

La torta está otra vez con la velita encendida. Esperando el soplido anual y recurrente.

- Felicidades.

El tiempo ha vuelto a imponerse. Ostenta el triunfo de quien gana sin mayores esfuerzos.

- Fffffffffffff

El tiempo me habla, pero yo le contesto.

Se apagan las velas y empiezan a levantarse las copas. Son varias caras de feliz cumpleaños en movimiento.

Después volverán a armarse las circunstancias de distracción, que comenzarán a manifestarse mientras se acerquen a un año más.

Pasarán 364 días hasta volver a tomar aire y efectuar el soplido certero.

Después de todo la vida no es tan compleja. Sólo pugna por manifestarse.

La velita está apagada. Mientras todos me miran…

No creo que haya mucho por hacer. Y qué, yo soplo de vuelta.

3 comentarios:

  1. Feliz Cumpleaños!
    Saludos,

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  2. Felicidades y por muchos años más, y tortas y velitas...
    Saludos!

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  3. Gracias! Los regalos todavía se siguen recibiendo. Saludos!

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