domingo, 12 de octubre de 2025

Sin respuestas


No es una trampa, es una ilusión.


Buscar las respuestas definitivas al ser humano y la existencia es una pretensión desmedida. 


Con suerte pueden lograrse aproximaciones más o menos razonables.


Sería como intentar atrapar al hombre y decir…


Acá está.


Este es.


Para corroborar luego que una vez más el hombre se escabulló de las palabras.


¿Por qué queremos entonces atrapar al hombre y a la existencia?


Hay una disposición a la comprensión. Al entendimiento.


Estamos en el juego de la vida y queremos saber bien de qué se trata.


Nos arrojaron al mundo y acá estamos. Preguntándonos por verdades.


Las respuestas tentativas son hallazgos que iluminan el ser y la vida.


No son un mero capricho para decir…


Ahá, esto era.


Son pilares esenciales que permiten armonizar inquietudes y vivir con la mayor efectividad posible.


La antítesis de andar a los tumbos.


A la que te criaste.


Como manija de loco.


Sin saber quién uno es. Para qué está. De qué se trata vivir. 


O cómo manejarnos con la mayor destreza posible en las circunstancias que presenta la existencia.


Por eso si bien no hay respuestas presumiblemente definitivas y unívocas, los zarpazos que le pegan las palabras al hombre y a la vida son muy plausibles.


Aunque el hombre siempre se escape.


Y aunque un nuevo zarpazo lo espere a la vuelta de la esquina.



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