Manual de Instrucciones de JMV
Si lo ve inquieto, sonriente y rodeado de gente, acérquese. No lo dude.
Lo invitará a tomar el té, andar en bicicleta, ir a una jornada, hacer una partida al ajedrez o recorrer la vereda haciendo la vertical.
Disfrute…
Si por el contrario, lo percibe serio, mejor tome distancia. No es un buen momento para abordarlo.
Ahá…
Vuelve a notarlo efusivo, inquieto? Vaya nuevamente, con poco va a celebrar la vida y tendrá una sonrisa en su cara desconociendo los motivos.
Llámelo siempre por su nombre. Miérelo con confianza.
No sospeche, y sea claro.
Nada por acá. Nada por allá.
Si tiene una propuesta especulativa del estilo “qué te doy, qué me das”, resérvesela.
Muestre en sus ojos y gestos interés en sus palabras. Como si estuviera frente a la revelación del secreto que siempre buscó y por fin se lo dijeron.
Oaaaauuuu.
Practique gesticulación para una mayor efectividad.
Oaaaauuuu.
No se quede callado, evite interrumpir irresponsablemente, pero haga uso de su turno.
Hable con convicción y coraje. Con la determinación de que usted agarrará el mundo con sus manos. Lo hará rebotar como una pelota de básquet. Y lo ubicará donde sus sueños lo determinen.
Sin decir nada, demuestre que conoce el juego de la vida. Que sabe de las circunstancias insignificantes y distrayentes que convocan en la cotidianidad. Que preservará su bondad a pesar de la seducción que puedan sugerirle las tinieblas.
Evite relacionarse en la forma capitalina recurrente. Es decir, como si estuviera orejeando las cartas.
Muy bien, sea usted, con convicción y entusiasmo. No tiene tiempo para otra cosa.
Salúdelo con afecto y propóngale sueños…
Seguro que pronto va a volver a verlo.
Lo invitará a tomar el té, andar en bicicleta, ir a una jornada, hacer una partida al ajedrez o recorrer la vereda haciendo la vertical.
Disfrute…
Si por el contrario, lo percibe serio, mejor tome distancia. No es un buen momento para abordarlo.
Ahá…
Vuelve a notarlo efusivo, inquieto? Vaya nuevamente, con poco va a celebrar la vida y tendrá una sonrisa en su cara desconociendo los motivos.
Llámelo siempre por su nombre. Miérelo con confianza.
No sospeche, y sea claro.
Nada por acá. Nada por allá.
Si tiene una propuesta especulativa del estilo “qué te doy, qué me das”, resérvesela.
Muestre en sus ojos y gestos interés en sus palabras. Como si estuviera frente a la revelación del secreto que siempre buscó y por fin se lo dijeron.
Oaaaauuuu.
Practique gesticulación para una mayor efectividad.
Oaaaauuuu.
No se quede callado, evite interrumpir irresponsablemente, pero haga uso de su turno.
Hable con convicción y coraje. Con la determinación de que usted agarrará el mundo con sus manos. Lo hará rebotar como una pelota de básquet. Y lo ubicará donde sus sueños lo determinen.
Sin decir nada, demuestre que conoce el juego de la vida. Que sabe de las circunstancias insignificantes y distrayentes que convocan en la cotidianidad. Que preservará su bondad a pesar de la seducción que puedan sugerirle las tinieblas.
Evite relacionarse en la forma capitalina recurrente. Es decir, como si estuviera orejeando las cartas.
Muy bien, sea usted, con convicción y entusiasmo. No tiene tiempo para otra cosa.
Salúdelo con afecto y propóngale sueños…
Seguro que pronto va a volver a verlo.
Me encantó este texto...y no solo por el dinamismo con el que está redactado, lindo de leer; me gustó mucho además por su contenido con el cual me hago eco.Qué bueno el poder relacionarse con alguien francamanete! sin tener que tantear a donde va, y si te asalta la duda sencillamente preguntar y obtener respuesta. Me encanta...como dice una publicidad por ahí, me gusta vivir como esta gente ;)
ResponderBorrarHola! Gracias por tu comentario. Saludos, Juan
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