Las Buenas Noticias
Cerré la puerta, me senté y tomé asistencia.
-Empezamos –Dije.
Las noticias personales para conocernos y fomentar las relaciones entre los alumnos no habían prosperado.
Desde entonces procuré que los cinco minutos del comienzo sirvan para compartir una idea o concepto que pueda agregarles valor.
Siempre con la ilusión de que aquella inquietud tenga alguna incidencia en sus realidades para facilitarles el logro de objetivos.
- Cómo reciben las buenas noticias –les pregunté.
Me miraron, los miré.
-Empezamos –Dije.
Las noticias personales para conocernos y fomentar las relaciones entre los alumnos no habían prosperado.
Desde entonces procuré que los cinco minutos del comienzo sirvan para compartir una idea o concepto que pueda agregarles valor.
Siempre con la ilusión de que aquella inquietud tenga alguna incidencia en sus realidades para facilitarles el logro de objetivos.
- Cómo reciben las buenas noticias –les pregunté.
Me miraron, los miré.
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Otra vez cuarenta personas en silencio que parecían expectantes. Todos intuíamos que algo iba a pasar.
Pero nada, silencio. Silencio y nada más.
- Simple, chicos. Cómo hacen para recibir buenas noticias?
Leemos en el diario, buscamos en la tele, preguntamos…
- Pero si hacen todo eso las buenas noticias no dependen de ustedes, dependen de algo externo – sugerí.
Después les conté que cada fin de año brindaba esperando un año mejor. Como si cruzara los dedos frente a una realidad que indefectiblemente me visitaría.
Hasta que me di cuenta que el año no era bueno o malo por azar. Su resultado era consecuencia de mi actitud, de mi capacidad en construirlo.
Les conté del libro “La Buena Suerte”, y sinteticé el concepto de que la suerte se construye.
Compartí algunos ejemplos, y procuré que reflexionen sobre su situación como alumnos...
Invité por fin a uno de ellos a leer un pasaje memorable de aquel libro: “Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias, y las crea si no las encuentra”.
- De vuelta –le pedí. Fuerte…
- “Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias, y las crea si no las encuentra”.
Los miré de nuevo como invitándolos a escuchar el final de la reflexión. Y les dije…
- La mejor manera de recibir buenas noticias, es dedicándose a escribirlas.
Pero nada, silencio. Silencio y nada más.
- Simple, chicos. Cómo hacen para recibir buenas noticias?
Leemos en el diario, buscamos en la tele, preguntamos…
- Pero si hacen todo eso las buenas noticias no dependen de ustedes, dependen de algo externo – sugerí.
Después les conté que cada fin de año brindaba esperando un año mejor. Como si cruzara los dedos frente a una realidad que indefectiblemente me visitaría.
Hasta que me di cuenta que el año no era bueno o malo por azar. Su resultado era consecuencia de mi actitud, de mi capacidad en construirlo.
Les conté del libro “La Buena Suerte”, y sinteticé el concepto de que la suerte se construye.
Compartí algunos ejemplos, y procuré que reflexionen sobre su situación como alumnos...
Invité por fin a uno de ellos a leer un pasaje memorable de aquel libro: “Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias, y las crea si no las encuentra”.
- De vuelta –le pedí. Fuerte…
- “Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias, y las crea si no las encuentra”.
Los miré de nuevo como invitándolos a escuchar el final de la reflexión. Y les dije…
- La mejor manera de recibir buenas noticias, es dedicándose a escribirlas.
Muy bueno! Yo personalmente, odio leer malas noticias... ver el noticiero es sufrir. El mundo no está tan acabado como dicen, hay cosas hermosas, ¿por qué no muestran eso?
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