¿Por qué conviene escuchar?
La posibilidad de quedarse encerrado en sus propias verdades y creencias es muy sencilla, basta con tapar los oídos y cerrar los ojos a la realidad.
Con ese burdo truco uno queda embaucado en sí mismo, no tiene que afrontar problemas y puede residir en paz hasta que la realidad a consecuencia de esa actitud tarde o temprano se manifieste.
Esto es tan válido para escuchar a los otros como para escucharse a sí mismo.
Es claro que la tentación a evitar problemas nos puede incitar a obrar como niños en vez de asumir responsabilidad y tomar cartas en el asunto.
Mirar para otro lado es una técnica fácil, rápida y sencilla.
De esa manera uno puede mantenerse distante o ajeno al problema que fuera.
La comodidad de evitar afrontar situaciones en vez de tener que vérnosla con la realidad es una tentación para cualquiera.
Pero no resuelve ningún problema.
Es más, lo más esperable es que lo agigante y la situación que fuera se ponga cada vez peor.
Todo por la cobardía, la supuesta comodidad y el espíritu miedoso que prefiere esperar o esquivar problemas hasta que se hacen evidentes.
Quizás no diría todo esto si no fuera porque hace una semana me duele la muela y debo terminar el escrito para sacar turno con el dentista.
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