Nos guste o no, todos tenemos problemas de etiqueta.
Lo sospeché hace mucho y cada tanto lo corroboro. No es que ando atento de continuo sobre el tema. Por supuesto que no.
Es solo otra inquietud que con frecuencia emerge. Quiero decir aparece. Se hace visible. Se pronuncia.
O como quieran.
Está, la veo. Y ahí me quedo.
Observando otra vez el tema de las etiquetas. Que son en verdad una reducción de la persona a identidades simplificadoras.
Es decir. Sirven.
Sirven las etiquetas para comprender el mundo.
A alguien le dicen, de River. Y listo.
De Boca. Y listo.
Izquierda o derecha. No importa. La etiqueta sirve para visualizar, suponer y determinar. Todo muy rápido, gracias a su carácter de simplificación abusiva.
Que nos dice cómo son las cosas. Mientras presenta a la persona ante el mundo.
Pero no me quiero ir por los vericuetos de estas vicisitudes. Quiero centrarme en lo que convoca. La problemática que supone funcionar con etiquetas.
Veamos…
Peronista, por ejemplo.
Enviar esto por correo electrónicoBlogThis!Compartir en FacebookCompartir en Pinterest
Leer Más...