miércoles, 10 de julio de 2024

Pobrecito

No debe haber trabajo más rentable que el que ejerce de pobrecito.

O pobrecita.

Es un oficio que ejercen muchos con habilidad inusitada para perseguir sus fines personales.

Todo un trabajo.

Requiere destrezas, comportamientos, simulaciones, omisiones y esencialmente el ejercicio comprometido de un simulacro que intenta construir en otro el único concepto que se esfuerza por construir.

El de pobrecito.

¿Por qué lo hacen?

Porque es un oficio rentable, y porque logra resultados. Basta lanzarse a esa empresa para lograr cierto desempeño más o menos respetable y alcanzar ciertos fines.

La simulación es la clave, como también es clave el ocultamiento de la verdad.

El pobrecito o la pobrecita bien lo saben y se esfuerzan en mantenerse camuflados para no ser descubiertos.

Si se confesasen, si emergieran las verdaderas ocultas, dejarían de ser pobrecitos y no obtendrían por la materia beneficio alguno.

Les dirían por ejemplo que usen su plata antes de andar lloriqueando o esforzándose por trabajar de pobres para que directa o indirectamente otro se apiade, les resuelva sus presuntas penurias y les llenen los bolsillos.

Por dar un burdo ejemplo.

Pero es imposible no advertir las tretas del pobrecito para quien quiere ver la verdad y no cierra los ojos a la evidencia, porque el pobrecito o la susodicha hace agua por todos lados y la verdad esencial de su vida no puede transfigurarla por más esfuerzos que realice.

Lo único que tiene de pobrecito es la actuación.

No sé bien por qué me inquieto con este tema que me hace sentir que pierdo el tiempo al observarlo, debe ser porque el pobrecito es un farsante que apela a cualquier cosa con tal de salirse con la suya.

Y debe ser también porque se sale con la suya con el hábil ejercicio de la farsa que al parecer sale airosa y logra embaucar al desprevenido.

Lo más inquietante del pobrecito es que vive en la victimización  y pretende que otro se haga cargo de su vida, honrando en esa postura tanto la farsa como la elección por la impotencia.

Penoso trabajo.



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