martes, 7 de enero de 2025

¿Conviene escuchar?


Depende.


Siempre depende.


No hay síntesis definitivas aplicables para todos. Si las hubiera en cuestiones humanas bastaría con un libro, un párrafo.


Quizás, una oración.


Por suerte no las hay, lo que invita a dilucidar por mérito propio la vicisitud que fuera con la sana expectativa de arribar a un hallazgo más o menos efectivo.


Y siempre algo endeble en todo o en parte.


Qué se le va a hacer.


¿De qué depende que convenga escuchar?


Bueno, primero y principal del susodicho. Si la persona es muy insegura y está desbordada de miedos, quizás es mejor que quede encerrada en sus verdades antes de abrir la puerta a certezas que más que inquietarla la conmuevan.


Hay que detectarlos.


¿A quiénes?


A ese tipo de susodichos, porque si no cualquiera inspirado por la benevolencia puede querer contribuirles y lo único que hace es caer como un chorlito.


Se enojan, por supuesto, si uno dice lo que no quieren escuchar. Por más que les convenga.


Así que en esos casos hay que medir la cuestión y considerar responsablemente la pertinencia de meterse la benevolencia en el bolsillo.


Dejando que el otro reviente como un sapo.


Por decir algo, si es que la sugerencia es que deje de envenenarse, con drogas, pucho, alcohol o lo que fuera.


Esa disquisición, de abrir o cerrar la boca, es la que de algún modo me inquieta hace tiempo. Obviamente no puedo restringir la palabra que en esencia lleva consigo la buena intención y tiene el propósito de incidir para tergiversar realidades inconvenientes y perjudiciales.


Así que el pronunciamiento ante el despropósito ajeno suele ser la ley.


Pero me pregunto sobre la pertinencia de morigerarlo, dejando que el otro aún en el despropósito de su propia inconveniencia viva en el error que luego consecuentemente le impone un elocuente y tortuoso perjuicio.


Quizás por eso es difícil que pueda callar aún cuando el otro en vez de agradecer se enoje, no quiera escuchar, se disponga a la agresión y se emperre en sostener los perjuicios para defender la identidad de quien es. En vez de abrirse al beneficio de dejar de ser en los aspectos que elocuentemente lo arruinan.


Por eso si veo un artículo de la máxima autoridad sanitaria de EEUU basado en informes científicos que advierten la directa relación del alchool con ciertas enfermedades de alta gravedad, no puedo detener los dedos para enviárselo a cualquier susodicho que quiera beneficiarlo en términos de su salud.


Y por eso me cuesta evitar decir que no fumes, no te drogues, ni abuses del alcohol si querés contribuir a tener una buena salud.


De lo contrario podés matarte a voluntad.






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