El dinero
Mucha gente muere sin saber con claridad para qué quiere el dinero.
Y mucha gente entrega la vida para conseguirlo.
Hay de todo en la viña del señor.
Nunca dije esa frase pero por algo apareció. Jamás reprimo lo que la escritura tiene para decir. Quizás por miedo a que se ofenda, se enoje conmigo, y me arrebate de una vez y para siempre las palabras y los párrafos completos.
No voy a asumir ese riesgo.
Así que yo escribo y si viene una frase, bienvenida. No tengo nada que decir.
Nada que objetar.
El dinero es muy importante porque habilita posibilidades y potencia el mundo propio y ajeno.
No tengo dudas.
Por eso militar a favor de la pobreza sólo puede ser una causa de perdedores, masoquistas, fracasados o embaucadores que sacan provecho de ella.
No hay virtud en la carencia.
Por el contrario, la virtud está en incitar a ir a más, no a menos.
Por eso es bueno aspirar de alguna forma a juntar billetes o moneditas. Ese es en algún punto un vericueto del juego de la vida.
No lo es todo, obviamente. Pero es una parte constitutiva de la existencia que conviene atender.
Mirar para otro lado es una torpeza. Y hacerse hippie de grande es un verdadero despropósito.
Muy sufrido.
Así que parece conveniente que cada uno advierta y construya su relación con el dinero. Y eleve de alguna manera su nivel de conciencia.
Puede ver por ejemplo en primera instancia qué tan esclavo es de lo material y preguntarse auténticamente para qué carajo quiere una monediita, dos moneditas, cientos, miles o millones de moneditas.
Algunos las quieren obviamente para sobrevivir, que sería como una necesidad inicial.
Primaria.
Luego surgen los matices, las cuestiones de grado.
Si uno es más o menos conformista. O tiene la energía puesta en cuestiones mucho más importantes.
Si el ser cae en las trampas del ego, entonces hacen falta más moneditas, para comprar autos, motos o lo que fuera que deslumbre al vecino.
También si el ser es más inseguro mayor es la necesidad de deslumbrar con regalos a la doncella.
Por mencionar alguna circunstancia.
Pero lo que domina la intención por la suntuosidad creo que es el ego.
En esos menesteres a veces es bueno no andarse con chiquitas, según juzga esa gente, claro.
Asi que joyas, cuadros o el chirimbolo que sea, cuanto más costoso, mejor.
Como el capitalismo sigue el juego del ego te puede ofrecer un reloj por cinco pesos o 5 millones de dólares.
Y unas zapatillas altas llantas vaya a saber a qué precio.
Claro que hay que respetar la relación de cada uno con el dinero.
No es poca la gente que ha entregado la vida a la misión de juntar moneditas.
Sin dudas es conveniente aprender el juego del dinero para generar los billetes que necesitamos.
Yo necesito siempre los billetes suficientes que garantizan mi libertad.
El dinero sirve para ser libre.
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