La pelotita

La verdadera inteligencia consiste en lograr los objetivos que fueran de manera lícita, sin apelar a ocultamientos ni burdas o sofisticadas triquiñuelas que son usadas como medio para lograr los fines.

Siempre sospecho que las insanas picardías tienen al universo reactivo que luego opera sin prisa y sin pausa para propinar una suerte de castigo divino que tiende a la justicia.

Para dejar el mundo equilibrado.

Es una suposición, por supuesto, que corroboro creo de manera indefectible.

Es decir, que ocurre siempre.

Creamos en una existencia del universo justiciero o no.

Y no solo eso.

Si uno logra los fines basándose en el engaño, el perjuicio del otro, la trampa, y las artimañas que fueran, además de ser una persona de cuarta, genera las condiciones propicias para tener problemas de conciencia, que no le permiten dormir tranquilo, y le recordarán por el resto de su vida que es una persona de mierda.

No piensan Juan Manuel, se me ha dicho cuando en confianza balbuceé estas cuestiones. Están obnubilados, enceguecidos con los fines a cualquier precio.

Y no tienen ningún remordimiento de conciencia.

Lo cual por supuesto todo eso puede ser muy cierto.

Tan cierto como que el universo actúa indefectiblemente.