La Actuación
Uno no es actor por naturaleza, pero siempre despliega ciertas dotes.
A mí me pasó el otro día. De repente estaba embaucado en mí mismo. Sumergido en una representación que invadió mi cuerpo y consustanció mi ser.
Ahora lo advierto.
Porque yo no compartía ese desempeño del comportamiento.
Lo vivenciaba.
Eso sí.
Pero no lo compartía.
Cómo puede ser entonces. Preguntarán.
Y yo me quedaré con la boca abierta. Porque eso fue así. Ocurrió de ese modo.
Se impuso por gracia de Dios.
De alguna energía que vino expresarse.
Quizás revoloteaba y yo andaba distraído. Andaba por ahí haciendo de las mías. Como cualquier vecino.
Viviendo, indefectiblemente.
Que otra cosa iba a hacer.
Entonces claro.
Ah…
Sí, sí.
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