Veamos
Veamos un poco la realidad. Abramos los ojos, avancemos.
Hoy veo la lluvia en la ciudad. Algunas personas que hablan cerca de mi mesa. Mientras escribo y escucho interesado algunos diálogos que no me incumben.
Como el de aquellas señoras que hablan apasionadas. Se envuelven en idas y vueltas de palabras, que toman como zarpazo a distintas personas que escrutan. Uno murió del corazón, el otro está complicado. Y entre esos retazos de palabras vaya uno a saber cuál es la historia verdadera. El motivo que alienta el entusiasmo del diálogo que no me pertenece.
Y ahora un brindis que hace sonar las copas luego de tantas muertes.
Estamos bien escucho, y sonríen las mujeres de setenta u ochenta. Mientras retoman la pasión por conversar.
Rodeadas de personas involucradas en otros diálogos que no me inquietan.
Todos frente a la persistente lluvia que se percibe desde las ventanas.
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