jueves, 3 de julio de 2025

¿Sí o no?


No voy a pontificar diciendo que el sí abre camino, despliega experiencia y construye realidad.


A pesar de los obstáculos, dificultades y problemas.


Tampoco voy a decir que el no es la mejor manera de preservarse, evitar problemas evitables y dilapidar tiempos valiosos de vida.


Porque muchas veces no hacer es infinitamente mejor que hacer.


Así que no voy a andar diciendo una cosa y otra, alentando a que cualquier lector se sume al equipo del sí o al equipo del no.


Sería una intromisión de mi parte ejercer una suerte de actitud propagandística o peor aún, azuzar con vaya a saber qué argumentos la conveniencia de alistarse a un equipo u otro.


Intromisión e imprudencia, sería. Porque a decir verdad como en otras cuestiones esenciales de los vericuetos de la vida donde se juega la existencia, no hay palabra santa.


Ni indicación infalible.


Lo único que puede salvar a cualquier susodicho es su propio discernimiento, su capacidad de análisis para dilucidar por motu propio luego de embaucarse en exhaustivas disquisiciones estratégicas guiadas por supuestas consecuencias futuras de su pensar.


Y una vez que visualiza la luz o tiene una acabada presunción de ella, por más certera o falsa que fuera, jugarse entero por la resolución afirmativa o negativa.


Estando por supuesto alerta a las consecuencias del caso, a la nueva información que surja, para replantearse lo decidido o reformular su decisión.


Teniendo presente siempre que es buena la convicción que impulsa pero es terriblemente perjudicial la persistencia cuando llega primero al capricho y luego a la terquedad, cada vez que la realidad dice una y otra vez…


Por acá no.


No y no.


Tal vez toda esta perorata nos habilita a pensar y descubrirnos ante la evidencia que hay personas con predisposición predominante del sí, y peroinas con predisposición predominante del no.


Y tal vez, por qué no, hay sujetos de pura cepa.


En definitiva habiendo no dicho lo dicho, y dicho lo no dicho, insto a las fuerzas del universo a que nos iluminen para saber cuándo son tiempos del sí y cuándo es preciso decir no.


Porque somos nuestro propio destino.


Que las decisiones correctas emerjan desde todos nosotros y asumamos la perspectiva que fuera más acertada.


Hoy y siempre.


Amén.



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