¿Conviene tener más o menos?
Ah, buena pregunta.
Uno se hace preguntas con la intención de encontrar respuestas.
No para joder.
Se indaga porque detrás de la pregunta existe la posibilidad de descifrar cuestiones relevantes que pueden por ejemplo definir su existencia.
¿Conviene tener más o menos?
Tener una respuesta infalible y definitiva parecería ser una pretensión desmedida. Arribar a una precisión más o menos razonable que conforme puede ser algo esperable.
Lo primero que se me ocurre es que la elección está en el ser. Uno puede elegir tener menos o más.
Y puede buscar su propio equilibrio. No hay respuestas unívocas para todos.
Por ejemplo he notado que personas inseguras están inmersas en carreras que procuran tener siempre más de manera al parecer insaciable.
Primero una cosita, otra cosita, alguna cosa, otras cosas, muchas cosas. Cososas. Cosotas….
Cuando menos lo esperan están desbordados de cosas y si no las manejan con la destreza de quien disfruta de las cosas innumerables, quedan embrollados en ellas, desbordados, consumidos en los tiempos que demandan preservarlas.
Esclavizados por ellas.
Agobia de sólo pensarlo, sobre todo porque con un par de cosas se puede ordenar el juego, andar livianito por la vida y ser feliz.
Cada uno sabrá dónde encontrar el equilibrio.
Atentos.
En mi caso la mochila no quiero que sea para nada pesada.
Lo cual no quiere decir que sea totalmente despojado y milite la mochila vacía.
Es necesario tener donde dormir, algo para comer, y al menos una manta para no pasar frío, por metaforizar algo.
Y también por supuesto unos pocos papelitos para que el capitalismo no imponga restricciones y no cierre implacablemente sus puertas en nuestras caras.
Vinimos sin cosas, nos vamos sin cosas.
Quizás el desafío es saber disfrutar y usar bien las cosas para que las cosas no terminen usándonos a nosotros.
Más importante que ser pobre o rico es ser libre y vivir la vida con liviandad.
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